Te enfrentarás al cliché más antiguo y divertido del porno: las mujeres cachondas que se aprovechan de jóvenes inexpertos pero súper musculosos que reparten pizzas. ¡Ding-dong! ¡La puerta se abre y ay! Antes de que te des cuenta, alguna MILF exigente o un grupo de chicas de hermandad risueñas te tienen los pantalones por los tobillos y te tragan la polla enorme. Hay problemas peores que ser violado por madres salvajes de suburbio con enormes tetas, pero no cuando parece un secuestro. Además, si hay hadas o duendes involucrados, buena suerte para volver a casa con una propina...